De nuevos protagonismos entre los agentes de la educación

Cuando se habla de las transformaciones que observa el mundo educativo, suele enfatizarse el papel que deben jugar docentes y estudiantes en la configuración de ambientes educativos que conduzcan y promuevan entornos educativos diferentes. Aquí, al tenor de la globalización y algunas premisas propiamente neoliberales, se habla de la necesidad de desmontar aquellas viejas concepciones que se tenían de un profesor como sujeto depositario de todo aquel conocimiento al que podía aspirar un estudiante. En el caso de este último, se dice debe comenzar a reinventarse a sí mismo, para lo cual se sugiere debe asumir un rol activo en la construcción de su propia experiencia de aprendizaje.

Así, la asunción de nuevos protagonismos deviene en la constitución de perfiles e identidades distintas para responder a una proclama que llega desde todos los frentes para impulsar cambios estructurales, pero también socio-psicológicos, donde a estas dos figuras se le exige comenzar a pensarse y reconocerse de manera diferente. 

Esto supone, en el caso del docente, constituir una personalidad distinta, que se nace en lo conceptual pero debe manifestarse en lo funcional o práctico. Repensarse en los términos que plantean los especialistas, es adquirir nuevos saberes, habilitarse en otro tipo de competencias, asumir un actitud distinta y hacerse de un marco axiológico diferente, para lo que sin duda no fue avisado como tampoco ha sido formado. 

En el caso del estudiante, acostumbrado como estaba a ser es repositorio de información, hoy tiene que asumir el compromiso de disponer de una actitud para comenzar a ser el responsable de su aprendizaje; lo que no resulta tan fácil con los siglos que tiene detrás cuando era apenas un sujeto educativo, dispuesto a que se le "iluminara". 

Hoy ante las nuevas narrativas de la innovación educativa, el docente es un estratega de procesos de mediación para favorecer la configuración de entornos de aprendizaje donde el prefijo "Multi", no es circunstancial sino vertebral: multirreferenciado, multiplataformas, multimedia... multiusos.  Mientras que el estudiante, es un sujeto que debe mostrar voluntad para aprender, y con ello, hacerse de una serie de saberes y habilidades que contribuyan a potenciar lo que el docente puede enseñarle en un proceso de acompañamiento más horizontal.

Es en ese contexto, que las nuevas concepciones de evaluación como de tecnologías para la educación, también requieren de otros entendimientos Si antes vigilar y sancionar eran premisas en la concepción de la evaluación; hoy esto ha cambiado en aras de reconocer la imposibilidad de hacer de una tabula rasa frente a la heterogeneidad, diversidad y diferencias que dan constitución a un grupo de estudiantes como a sus propios procesos de aprendizaje. 

Al tenor des esto, el empleo de recursos educativos en distintos formatos para el tratamiento y abordaje de contenidos curriculares, se ha ampliado como para desdibujar también los entendimientos entre lo formal e informal, al observar como con la llegada de las TIC, hay procesos de deslocalización y desterritorialización de lo educativo. Y en todo esto, el docente sigue siendo una figura primordial, quien primero debe entender de qué se habla cuando se habla innovar o transformar las prácticas educativas. 

En fin que en este contexto, queremos invitarte a reflexionar sobre aquello que estarías dispuesto a hacer para innovar lo educativo y transformar las prácticas docentes que han caracterizado la enseñanza, pero también hablar del tipo de oficio y sensibilidad que pueden comenzar a distinguir estas prácticas como para recrear entornos educativos más dialógicos y en donde los estudiantes, también comiencen a desarrollar una nueva sensibilidad que los lleve a pensarse de una forma distinta.