Innovación educativa
La situación que actualmente enfrentamos en el mundo como consecuencia de la pandemia generada por COVID-19 , nos ha permitido reflexionar sí realmente estábamos y estamos preparados para los retos que enfrenta la educación, sabiendo que siempre un cambio genera incertidumbre y si ese cambio es inesperado aún más, esta nueva estrategia de modalidad en línea nos ha permitido hacer uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), para realizar las diferentes actividades docentes, pero sobre todo el innovar , siendo este termino cada vez mas común en el ámbito educativo, y partiendo desde las perspectivas de la innovación educativa particularmente de México nos permite tener un panorama sobre las experiencias de instituciones mexicanas sobre la implementación de estrategias para la innovación educativa.
Se dice con frecuencia que “la única constante es el cambio”, que la única forma de que las organizaciones progresen y contribuyan a resolver los problemas de la era moderna es a través de la capacidad de innovar (Tierney y Lanford, 2016). Sobre el mismo contexto etimológicamente, la palabra innovación proviene del latín innovatio que significa “crear algo nuevo”. También se usa en el sentido de nuevas propuestas e inventos. Diversos estudios han documentado que la palabra innovación tiene significados diferentes para personas diferentes (Magda y Buban, 2018).
Una innovación educativa implica la implementación de un cambio significativo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, de los materiales empleados para el mismo, de los métodos de entrega de las sesiones, de los contenidos o en los contextos que implican la enseñanza (López y Heredia, 2017).
De acuerdo a la definición de López y Heredia sobre la innovación educativa , desde mi perspectiva cuando se quiere implementar un cambio en el proceso de enseñanza-aprendizaje se tendría que trabajar primero en que mejoras se realizarían para adaptarnos a las nuevas formas, teniendo como principal propósito tener a nuestros estudiantes activos, felices pero sobretodo emocionados , pues de manera personal he implementado múltiples estrategias didácticas para hacer mis clases dinámicas, divertidas, haciendo uso de las TIC y me es grato escuchar a mis alumnos decir al inicio de clase "hoy que vamos a aprender y de que forma"pues se genera un ambiente agradable, al final se despiden con un emoji de como se sintieron después de la clase , se que no es una tarea fácil pero apostar por el cambio siempre nos dará resultados diferentes que nos permiten seguir aprendiendo como docentes y seguir disfrutando lo que tanto nos gusta hacer que es enseñar.
López Cruz, C. S. y Heredia Escorza, Y. (2017). Escala i: Marco de referencia para la evaluación de proyectos de innovación educativa. Guía de Aplicación. Monterrey, Nuevo León: Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. https://goo.gl/4W4eMk
Magda, A. J., y Buban, J. (2018). The state of innovation in higher education: A survey of academic administrators. Louisville, KY: The Learning House, Inc. https://onlinelearningconsortium.org/read/state-of-innovation-in-higher-education/
Tierney, W. G., y Lanford, M. (2016). Conceptualizing Innovation in Higher Education. Springer International Publishing Switzerland. En: M.B. Paulsen (ed.), Higher Education: Handbook of Theory and Research, Higher Education: Handbook of Theory and Research 31. DOI 10.1007/978-3-319-26829-3_1
Pili:
ResponderEliminarAgradezco su contribución en este ejercicio.
Sin duda como apunta, habrá que comprender y dimensionar todo aquello que supone una innovación en el campo educativo. Es decir, no reducir lo que exige a decisiones que sólo consideren lo instrumental, al requerir también lo cognitivo. Ahí, como apunta usted, hay un camino que recorrer, para lo cual el académico puede llegar a tener un protagonismo importante, siempre que eche mano de nuevas concepciones y recursos que favorezcan su labor. Ahí, lo estratégico es clave.