Nuevos roles del profesor y estudiante en la innovación educativa

Cesar Berthely

Hoy en día, el conocimiento científico es clave en la globalización. Son la educación, la ciencia, y la tecnología, las bases fundamentales para el desarrollo social y económico. No hay duda de que muchos centros educativos sostienen una lucha interminable por cambiar tanto su discurso como su práctica educativa, en donde el objetivo final es conseguir que la experiencia educativa sea memorable, de manera que el estudiante se desarrolle y transforme plenamente en un profesional competente, garantizando su bienestar como futura generación. Sin embargo, como docente he presenciado como este cambio casi siempre se queda en la teoría. En este contexto, para Liesa, Castello & Becerril (2017) al menos en los espacios educativos formalizados, han cambiado a menudo más profundamente en la teoría que en la práctica, en lo que se dice más que en lo que se hace realmente. (pp. 16). 

Actualmente los cambios en la sociedad y la globalización pusieron en jaque los modelos educativos de modo que el docente se ha visto forzado a reconfigurar su rol, lo cual exige el transformarse en un profesional capaz de desarrollar multiplicidad de funciones, mismas que para la gran mayoría sobrepasaban su formación. No cabe duda de que actualmente la educación demanda profesores emprendedores e innovadores, con la capacidad de generar nuevos talentos, e impulsar al estudiante en formación a adquirir las competencias útiles para ser aplicadas en la vida personal y laboral. Todo profesor deberá, por tanto, estar perfectamente consciente de que la calidad de su desempeño contribuye directamente al desarrollo del país y, al mejoramiento de la calidad de vida en su entorno.

Tomando en cuenta lo anterior, es que se denota la importancia del rol del docente como investigador en las aulas, con la finalidad de que el estudiante desarrolle de igual manera competencias científicas, y para esto deberá afrontar algunos retos como son; el integrar el conocimiento didáctico del contenido de las asignaturas enmarcadas en los contextos donde esta se imparta, actualizarse de manera autónoma en cuanto a nuevos contenidos y teorías específicas de su área, asociar el concepto de investigación en el aula con la implementación de estrategias didácticas y no únicamente con las prácticas de laboratorio, y por último, planear el currículo articulando toda la diversidad social y cultural donde se encuentran inmersos los miembros de la comunidad académica. (Peláez & Piedrahita, 2018, pp. 43).

En conclusión, no debemos olvidar que para que la enseñanza sea memorable, debemos centrarla en el estudiante, enfatizando el uso de las TIC. Y por tanto la labor del profesor sigue siendo esencial. Estos deberán abordar los contenidos de modo que se respalde el material, mismos que impulsen al estudiante a desarrollar las habilidades digitales esenciales. Cambiando así, el enfoque de la educación tradicional, pues provoca al estudiante a desarrollar autonomía e independencia. Además, el aprovechar de manera efectiva la tecnología, provoca que el estudiante y profesor se empoderen para tomar decisiones sobre su propio aprendizaje y enseñanza. 

Referencias

 

Pelaez, A. M., & Piedrahita, D. A. (2018). La importancia del docente investigador en las aulas de primaria, básica y media: Una reflexión a partir de dos estudios. Revista Reflexiones y Saberes, 9, 40-48.

 

Liesa, E., Castello, M., & Becerril, L. (2018). Nueva escuela, ¿Nuevos aprendizajes? Revista de Estudios y Experiencias en Educación(2), 15-29.